Sólo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos.




lunes, 19 de octubre de 2009

Los niños estaban solos...




Su madre se había marchado por la mañana temprano y los había dejado al cuidado de Marina, una joven de dieciocho años a la que a veces contrataba por unas horas para hacerse cargo de ellos a cambio de unos pocos pesos.

Cuando el novio de la jovencita llamó para invitarla a un paseo en su coche nuevo, Marina no dudó demasiado.

Después de todo, los niños estaban durmiendo como cada tarde, y no se despertarían hasta las cinco.

Apenas escuchó la bocina cogió su bolso y descolgó el teléfono.Tomó la precaución de cerrar la puerta del cuarto y se guardó la llave en el bolsillo.


Ella no quería arriesgarse a que Pancho se despertara y bajara las escaleras para buscarla, porque después de todo tenía sólo seis años y en un descuido podía tropezar y lastimarse .


Además, pensó, si eso sucediera. ¿Cómo le explicaría a su madre que el niño no la había encontrado?

Quizás fue un cortocircuito en el televisor encendido o en alguna de las luces de la sala, o tal vez una chispa del hogar de leña el caso es que cuando las cortinas empezaron a arder el fuego rápidamente alcanzó la escalera de madera que conducía a los dormitorios.


La tos del bebé debido al humo que se filtraba por debajo de la puerta lo despertó.Sin pensar, Pancho saltó de la cama y forcejeó el picaporte para abrir la puerta pero no pudo.


De todos modos, si lo hubiera conseguido, él y su hermanito de meses hubieran sido devorados por las llamas en pocos minutos.


Pancho gritó llamando a Marina, pero nadie contestó.Así que corrió al teléfono que había en el cuarto (él sabía cómo marcar el número de su mamá) pero no había línea.

Pancho se dio cuenta que debía sacar a su hermanito de allí.
Intentó abrir la ventana que daba a la cornisa, pero era imposible para sus pequeñas manos destrabar el seguro y aunque lo hubiera conseguido aún debía soltar la malla de alambre que sus padres habían instalado como protección.

Cuando los bomberos terminaron de apagar el incendio, el tema de conversación de todos era el mismo ...

¿Cómo pudo ese niño tan pequeño romper el vidrio y luego el enrejado con el perchero?

¿Cómo pudo cargar al bebé en la mochila?

¿Cómo pudo caminar por la cornisa con semejante peso y bajar por el árbol?

¿Cómo pudo salvar su vida y la de su hermano?.


El viejo jefe de bomberos, hombre sabio y respetado les dio la respuesta:



- Panchito estaba solo... No tenía a nadie que le dijera que no iba a poder.

3 comentarios:

El Tito Sami dijo...

Esto me recuerda una frase que me gusta mucho:

"Lo conseguimos porque no sabíamos que era imposible".

Un beso, familia, a ver si este fin de semana nos vemos en casa de los Nonos pegando mangas.

El Tito Sami dijo...

Por cierto, a ver si Iara se estira un poco y nos hace un dibujo bonito para nuestra casa, que todos los que hace se los queda la Nona.

No estaría mal que este fin de semana nos llevara uno para nosotros, firmado por ella claro está.

Un dibujo para la casa de la tita Susana, el tito Sami y el primo David.

Venga, que tiene mucho tiempo libre... y que le ayude su hermana...

Besossss

Sonia dijo...

Eso está hecho titos, voy a decírselo a Iara esta tarde, a ver si está inspirada y os hace uno.

De todas formas la tita Susana ya tiene el de la niña con el pelo tan largo...pero este fin de semana os lleva otro, seguro que os lo hace por ser vosotros...que está deseando veros.
Noa también pinta, os hará unos cuantos garabatos también.

Otro beso para vosotros.
Nos vemos.

 
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