Sólo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos.




sábado, 18 de julio de 2009

Las Escondidas

Mirad qué cuento más bonito y qué razón tiene...

Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres.


Cuando el Aburrimiento había bostezado una tercera vez, la Locura, como siempre tan loca, les propuso un juego, jugar a las escondidas.


La Intriga levantó la ceja intrigada.


La curiosidad sin poder contenerse preguntó: ¿cómo es ese juego?


La Locura explicó, yo me tapo la cara y comienzo a contar de uno a un millón.



Mientras ustedes se esconden y yo les busco, el primero de ustedes que yo encuentre ocuparé entonces mi lugar para continuar así el juego.


El entusiasmo bailó secundado de la Euforia, la Alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la Duda e incluso a la Apatía a la que nunca interesaba nada.


Pero no todos quisieron participar, la Verdad prefirió no esconderse ¿ para qué?, si al final siempre la hallaban.


La Soberbia opinó que era un juego tonto (le molestaba que no se ocurriera a ella)


La Cobardía prefirió no arriesgarse.


Uno, dos, tres.....comenzó a contar la Locura.


La primera en esconderse fue la Pereza, que como siempre se dejó caer tras la primera piedra del camino.


La Fe subió al cielo y la Envidia se escondió tras la sombra del Triunfo, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto.


La Generosidad casi no alcanzaba a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos, así que terminó ocultándose en un rayito de sol.


El Egoísmo encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo...pero sólo para él.
La Mentira se escondió en el fondo de los océanos, mientras la realidad se escondió detrás del arco iris y la Pasión y el Deseo dentro de los Volcanes.


El Olvido... se me olvidó donde se escondió, pero eso no es lo importante.


Cuando la Locura contaba 999,999, el Amor no había encontrado sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado, hasta que divisó un rosal y enternecido decidió esconderse entre sus flores.


Un millón... contó la Locura y comenzó a buscar.


La primera en aparecer fue la Pereza a tres pasos, tras una piedra.


Después escuchó a la Fe discutiendo con Dios en el cielo sobre la Teología y a la Pasión y el Deseo los sintió en el vibrar de los volcanes.


En un descuido encontró a la Envidia y claro pudo deducir donde estaba el Triunfo.


Al Egoísmo no tuvo ni que buscarlo, solito salió disparado de su escondite que había resultado ser un nido de avispas.


De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a la Belleza y con la Duda resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada en una cerca sin decidir de qué lado esconderse.


Así fue encontrando a todos.


Al Talento entre la hierba fresca.


A la Angustia en una oscura cueva.


A la Mentira detrás del arco iris...mentira! si ella estaba en el fondo del océano y hasta al Olvido, que ya había olvidado que estaban jugando a las escondidas.


Pero....el Amor no aparecía por ningún sitio.


La Locura buscó detrás de cada árbol, en cada arroyo del planeta, en la cima de las montañas y cuando estaba por darse por vencida divisó un rosal con sus rosas.


Tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó: las espinas habían herido los ojos del Amor.


La Locura no sabía qué hacer para disculparse.


Lloró, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.


Desde entonces, desde que por primera vez se jugó a las escondidas en la Tierra, "El Amor es Ciego y la Locura siempre lo acompaña".






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